Dejo el blog a su suerte durante este agosto. Que la poesía se exprese sola.
Para volcar sobre ti lo que traje
para meterlo suave y profundo
me recubrí de un halo de inocencia.
A ti llegué demorando el tiempo,
desnudo, demasiado tibio para ser hada.
Te clave ese amor que no me dejaba verte
y que deseaba tu cuerpo que no vio;
tu pezón misterioso mientras estudiabas.
Cuantas veces me masturbe escuchando tu voz al otro lado del teléfono diciéndote te amo.
Te donaba el orgasmo desde lejos puesto que no podía regar tu pecho.
Amor. Tu seguirás siendo aquella princesa
en mi memoria.
Aunque todo haya volado al jardín de los recuerdos,
vive para hacerme feliz ahora,
Para recordarme tus primeros y últimos besos
demorados cuatro años.
Demorados una eternidad inconsciente.
Sí te amé suficiente,
resistí lo inimaginable, sin esfuerzo,
mirarte era la recompensa hasta que mi cuerpo grito
pidiendo su parte de gozo.
Amor que fuiste libre conmigo,
tu condena llego tras mi ausencia,
No encontraste tu equilibrio,
No llenaste los mares que incesantes te esperaban;
los ríos que se morían por verte.
El miedo modelo tu figura, engordaste y perdiste el brillo de tus ojos,
descubriste el rencor ante tus propios miedos
para justificar tu impostura.
Qué pena me has dado. Amor.
A ti también te abandone si enseñarte;
era demasiado joven y buscaba
el tesoro imposible.
Dártelo hubiera sido hermoso pero no lo tenía.
Ahora que lo tengo en mis manos te lo entrego de lejos.
Es tuyo, nadie podrá quitártelo.
Ahora estarás segura:
Andarás por la cuerda floja sin despeinarte.
Ciudad Quesada 29-7-2006.