viernes, 21 de julio de 2006

La unidad.

El amor es la crisálida de la dicha;
para que llegue la mariposa
permanece oscuro y escondido
en su hábito de tristeza.
No hay que tratar de ganarlo
vendrá solo a esperarte y te dará
un futuro de tierra regada
en el que no cabe la desesperanza.

Por eso no te propongo nada,
me quedo quieto en lo que soy...
La vida dispara su consigna
y yo persisto en el eco del Mundo,
rozando con amor tus manos,
vibrando en la música de tu cuerpo.

Mi corazón te acoge en la corriente de la vida
que se derrama en ansias;
él es el mundo visionario
que conserva el aroma mágico de lo posible
mientras impulsa sin necesidad de decidir.
Te ama como un misterio inevitable
que se desvanece si se toca;
que se desfigura si se habla.

Por eso nada tenemos que decirnos:
Tú me entiendes y yo te entiendo;
el corazón habla por nosotros.
Entre ambos todo es sentimiento perfecto,
intuición natural del amor del otro;
dicha regalada por la primavera.
La estela de este amor es nuestro refugio;
la curva de nuestras sonrisas la casa.

De Luz Esencial.

2 comentarios:

Kat dijo...

Creo que cuando se vive eternamente enamorado de la vida, del mundo, del amor se puede llegar a esa profundidad que expresas.

Yo vivo eternamente enamorada y aunque hace mucho tiempo perdí la esperanza de encontrarme a un buen hombre que fuese mi verdad para toda la vida.... sigo enamorada del amor y eso me llena.

Besos.

Carlos Alberto Arenas dijo...

Bueno...
Otra vez con esa...
Eres demasido joven para decir eso.
La vida siempre te sorprende.
Tú eres tu verdad. Nadie más. Sin embargo es posible una comunión vital con alguién, con un objetivo común. Que además esa comunión sea en una pareja emocional-sexual es maravilloso.