La poesía lúcida existe más allá de los límites de la razón a veces tan prepotente como inútil.
Recorre las venas con un suspiro misterioso; un ansia indomable de transgredir los límites y llegar al fondo sin luz de las cosas.
Desde el sentimiento tiene la constancia de que subsiste una verdad evidente y que las palabras prohibidas conocen el significado de todas las situaciones que se entrecruzan en la marea de la vida.