A
veces miro gente y sólo veo carne
en
otras sólo veo espíritu…
A
veces te miro y veo dudas,
otras
tu rostro es cálido viento;
espíritu
de pantorrillas
y tu
pequeña cabeza
corona
feliz de prefectura.
En
momentos, la carne es perfecto espíritu
y por
un pie experimento lo divino:
Un pie
único para mí y vulgar para el resto.
Su sola visión, su posarse,
es
alimento para mi Alma,
asombro
desgarrador que entiende
que por
adorar esa carne tan débil,
recibe
bendición y consuelo.
Te amo
pie…
perfecta
expresión de tu yo
y de tu cuerpo.