Vienen
estrellas a mi cabeza
tus más queridos sueños
sobre
nuestra unión,
la bondad de tu entrega
condonadora
del dolor.
Pintan
el diágrafo de tu cuerpo
la
figura de paz que eras:
pétalo
sobre su sépalo sentada
en
exquisita impasibilidad.
Me
conmueve la certeza de tu existir como sincronía,
como
un voluptuoso éxtasis letal contra la soledad
que me hace saber que estando
solo estás conmigo
pues nos
amamos…
y en
el mar de ausencia de desdicha
de tus
ojos
somos
delfines que nadamos juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario