domingo, 3 de julio de 2011

Esperanzada virtud

Belleza delata tu mirada,
nobleza tu franqueza,
de más allá,
hondo sonido de voz,
más profundo que palabras,
irrepetible murmullo de canto
convertido en rumor.

Virtud que camina
entre mediocre humanidad, 

suerte de milagro que gravita
hacia mi vida para entregarse 

de hojas de sueños
brazos de lianas,
piernas de manglares, 

cuerpo de savia
de seres terribles.

Tu esencia pura vida,
disoluta se entrega
a la fiesta de la existencia. 

Tu juventud preñada de espíritu milenario
danza lejos de la muerte.

Física y metafísica
cuando duermes eres
la tranquilidad del camarote
donde me sentía seguro
sobre lecho de posidonía.

Estela de dunas, turbulencia de huesos,
mi deseo te reclama, Atlántida,
mano que sostiene mi frente,
Zenobia perfumada de canela.

Aliento de mandrágora,
abrazo de enredadera
veneno de labios,
escapa de mis aristas
para hacerte carne de mi carne,
ansia de mi ansia.

 
Desenlaza con tus pies
el nudo que vela mi mirada,
para oler tus dedos
uno a uno, enamorado,
que sea imposible
no desear la libertad de tu aliento
de verdor que revive
el más bello lugar del Mundo.

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