lunes, 24 de julio de 2006

Para Edmundo

Y ya lanzados otro que me sugirieron al oido para Edmundo -R-

¿Será esta plenitud tan vívida
eterna sustancia temporal
en el abismo de un segundo que consagra tu Ser?

Mi percepción de la virtud encarnada,
¿será efímera como toda gloria mundana
y pesada como carne?

Sea como sea, tras el éxtasis
el desasosiego me atenaza
al no poder amar lo loable:
El espíritu que se ha donado
y que me resulta frío y lívido
a pesar de su cercanía y constancia.

En un juego mortal de la mente
se desarrolla la dura crueldad que no deseamos:
Bestia ingrata que muerde la mano
que sólo desea acariciarla.

En un instante la repulsa se apodera del cerebro,
rechazando el beso amigo,
la mano antaño amada
del cuerpo antiguamente glorificado.

Me da rabia esta tristeza honda,
desesperanza, de no querer tocar,
desunión de piernas y lenguas,
despido frío de la intimidad de la carne.

Repulsa a mi vencida razón
la separación sin argumento,
sobrevenida por física y química;
el dolor de los dañados
impotentes para rehacer nuevos sus tejidos
injustamente tratados por la azarosa
fortuna de la admiración y el deseo.

¡Qué placer cuando fuimos admirados!
¡Qué temor dejar de ser Ser de deseo!

Parece inevitable causar dolor a quien nos ama
en esta contumelia sin fin de los abrazos.

Carlos Alberto Arenas 2003.
Los Pactos Indelebles de los Sueños.
Del libro: "El Olvido de las Flores"

2 comentarios:

Kat dijo...

Corazón te dejé algo en mi blog.

Besos.

Edmundo Dantés dijo...

Me gustó mucho la poesía.
En sus líneas he encontrado mucho en que pensar.
Gracias Amigo.