viernes, 14 de julio de 2006

Gato mortalmente físico.

El melifluo gatito que ayer vi huir
escondiéndose tras la verja del vecino
ha aparecido esta tarde muerto
en la parte de atrás de mi porche,
cerca de la leñera.
Nació aquí,
en la antigua perrera del fondo del jardín
y lo vi crecer a intervalos
cuando la casualidad lo presentaba ante mis ojos.

Sus hermanos se fueron y sólo quedo él.
Ultimamente ni siquiera su madre lo acompañaba
y un triste destino debió abatirse
sobre el pequeño gatito romano;
un karma que no conozco pero que intuí
ayer cuando huyo más lentamente que de costumbre,
como si arrastrara una herida;
con cansancio impropio de juventud, en un tambaleante trote
que traslucía la enfermedad;
el estigma de lo desahuciado.

Ya había puesto a este gatito
en el orden y el altar de mis cosas;
aunque fuera huidizo con él contaba
para explicar el milagro de la vida que se abre paso
en lucha con la materia pesada de la muerte.
Por eso, hoy, esta contumelia de su deceso
me rasga el Alma con su disparo asesino:
La venganza de la existencia contra ese pequeño gatito
que sólo estaba aprendiendo a vivir
y que azarosamente
cruzo la línea interminable
del aprender a morir.

Carlos Alberto Arenas 2003
Gestos cotidianos del azar inconsistente.
Libro "El Olvido de las Flores"

3 comentarios:

Kat dijo...

Veo que caminas solitario.....

Me uno a ti, no me sueltes......

Besos.

Carlos Alberto Arenas dijo...

Gitana o Kat:
Soy solitario, aún rodeado de seres a los que amo y por los que doy gracias cada día..
Aún así no puedo negarme a unirme a un alma que me lo pida.
Te deseo emociones.

Kat dijo...

Me alegra saber que entendiste que es unión de almas.... no física....

La unión espiritual suele ser más profunda....mágica, especial......

Saludos.