miércoles, 19 de julio de 2006

Panamá

Panamá me trae ecos hermosos.
Que vivas allí es suficiente para que sea entrañable
y para que pueda verlo.
Su luz es lo más especial a tus ojos
una luz tan luminosa, sin rastro de sombra,
intensa y decidida para entrar en las casas y decorarlas
de risas en la mañana y de nostalgias en las tardes.
El olor del aire es una mezcla de fresco, denso y salvaje,
con un atisbo de selva y una pizca de mar.
Sus puertos te fascinan, con sus azules claros en el cielo y en los barcos
contrastando con el oscuro mar y su olor a pescado y a algas.
Si miro a través de tus ojos puedo ver sus gentes;
esos niños que te encantan de piel morena y ojos negros ,
y esas niñas con sus falditas blancas o de colores,
bien planchadas por sus mamas.
Que más...
El café, la madera, esa luz que por la tarde entra en la estancia casi horizontal,
iluminando tu figura
y ese mueble que te recuerda los seguro,
al lado una muchacha que sobresale de ese mundo,
que brilla hasta el otro lado del oceano, hasta Japón si es necesario.

A traves de ti misma te encuentro.
No te suelto: Estas ligada por tu tobillo a mi caminar por la palabra.
Tus ojos me acompañan.
Es suficiente.

3 comentarios:

Kat dijo...

No sé que pasa que cada vez que te dejo un comentario me sale error y me toca escribir todo nuevamente.

Bueno te decía que es sorprendente la forma en que pudiste entrar en mi y sacar a la luz algunas de mis pasiones como por ejemplo mi pasión por el mar y los niños. Gracias! eres increíble.

Te beso unida a ti.

Edmundo Dantés dijo...

Me encantó. Me gusta mucho tu estilo para escribir. Como esgrimes las palabras y haces eco de tantas cosas que llevamos dentro. Gracias. Un abrazo.

Carlos Alberto Arenas dijo...

Edmundo a mí me emociona leerte muchísimo. Me he sentido muy identificado con tus personajes. Deberías de publicar lo que has escrito. Es muy bueno. Espero que estemos en contacto y que alguna vez tenga en privilegio de conocerte.
Desde España devuelvo un abrazo apretado a tu Alma.